Blogia
ateo poeta

la buena vida

la buena vida

Llegar a la playa a última hora de la tarde. Las aguas mansas, el cielo despejado, cediendo a la explosión lenta de colores en el horizonte. En este caso, la playa de A Fontaíña, en Vigo. Jugar con mis niños a las raquetas, hacer el tonto, aspavientos, sumergirnos, correr. Dejar que el tiempo pase y que caiga la noche. Olvidarse de todo, hasta de comer. Como si se pudiese sobrevivir, vivir y hasta gozar con muy poco. En lo más profundo, liberado de todos los lastres. Como la mañana paseando por el monte Aloia, es otro ejemplo. Alzándonos hasta coger las brevas violetas y las manzanas con coloretes, escudriñando las últimas moras estivales. Sudar entre árboles centenarios, recostarnos al lado de una poza y de viejos molinos, en el lecho de las libélulas, los tritones, las ranas, los zapateros. Pan de maíz en casa, tierno y oloroso, como si las manos de quien lo amasó aún estuvieran acariciándolo. Cerrar los ojos y pensar en todos los lugares del mundo donde has estado, y parecerte un milagro que sigas aquí, que estés vivo. Como si estuvieses viviendo en todos esos lugares a la vez, como si nunca hubieses estado allí, como si tampoco estuvieses aquí. Pero sólo ver el rostro de personas con las que alguna vez has hablado, su sonrisa, su presencia, parece que te explica el milagro. Cuanto más tiempo hace que las conociste, mayor es la celebración del encuentro, aunque no intercambies ni una palabra. Aunque nunca hayas hablado con nadie. Ellos están vivos, yo también, todos tenemos muchas vidas dentro. Muchas lenguas. La buena vida es también alimentar nuestro pensamiento y nuestra sensibilidad. Con ideas de libertad. Con ideas que se bailen. Como “Dios ke te krew” el viernes, como “Che Sudaka” el jueves, como “Galegoz” y “Kogito” hace una semana. Poesías rebeldes. Discurriendo sin prisa, la noche es larga, la noche estrellada y cálida y dulce. La buena vida es sólo cada uno de esos instantes de felicidad y paz interior. Son sólo ejemplos. La buena vida es un secreto a voces, aunque hay tantos empeñados en el negocio de fabricar, envolver y regalar tristeza, vidas plastificadas y amargadas.

1 comentario

Vaga-mundo -

La buena vida me recuerda al Elogio de la Pereza de un común amigo de otro siglo. Tam poco o tanto, tan mínimo o tan inmenso es todo lo que se necesita para vivir bien. Bon vivant, aquel que vive bien o saber que es bien vivir.
No tan secreto a voces. Gana el olvido. Pura arqueología porque si se supiera se derrumbaba el mundo, este, no otro imaginado. Salud.