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ateo poeta

Deleites

Deleites

 

El jardín de tus delicias

 

Flores, pedazos de tu cuerpo;

me reclamo su savia.

Aprieto entre mis labios

la lacerante verga del gladiolo.

Cosería limones a tu torso,

sus durísimas puntas en mis dedos

como altos pezones de muchacha.

Ya conoce mi lengua las más suaves estrías de tu oreja,

y es una caracola.

Ella sabe a tu leche adolescente,

y huele a tus muslos.

En mis muslos contengo los pétalos mojados

de las flores. Son flores pedazos de tu cuerpo.

 

 

De los pubis angélicos

 

Divagar

por la doble avenida de tus piernas,

recorrer la ardiente miel pulida,

demorarme, y en el promiscuo borde,

donde el enigma embosca su portento,

contenerme.

El dedo titubea, no se atreve,

la tan frágil censura traspasando

-adherido triángulo que el elástico alisa-

a saber qué le aguarda.

A comprobar, por fin, el sexo de los ángeles.

 

 

Ana Rossetti

 

 

 

1 comentario

Tino -

qe lindo lo escrito.
Me cuesta mucho todo eso.
Pero escribirlo a veces me basta para que no.