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ateo poeta

 

Aunque suscita consenso general

su avance imperturbable, del tronco

del tiempo pretendemos extirpar

virutas insólitas de sentido, fragmentos

leves que germinen en la pared

austera del precipicio.

 

Desgajamos el espejismo pálido

de lo finito: reuniones involuntarias

para paliar el imperio de los helechos

y de los objetos pequeños. Nada

augura que un dispositivo salvavidas

marque la contradanza.

 

 

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