Blogia
ateo poeta

 

La has amado sin rubor,

con arrebatos y delirios de grandeza,

hasta los dientes de leche

y las simas del trauma, atravesado

por la flagelante caída de la noche

sobre el temblor y la luz

en abundancia.

 

La has amado sin saber cómo se ama,

negando la inercia y la negación,

en contra de tus propias armas,

rindiéndote al brillo arenoso del azar,

sin más ley que la del astro

creciente.

 

La has amado mil veces y mil veces ella

ha tomado las riendas del océano

y ha habitado la necesidad del horizonte

y esa voz áurea te ha instado

a nadar

y a nadar

y a nadar

sin alcanzar nunca lo inefable

de su cuerpo.

 

Fotografía: Nan Goldin

 

0 comentarios