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ateo poeta

 

Caminas por la orilla

de un río, apartas

la vegetación, aceleras

el paso por los tramos

más concurridos,

descansas a veces

para tomar aliento

o imaginar que tú

no eres el río ni él

una metáfora

universal que traza

meandros

enigmáticos.

Prosigues

hasta que encuentras

obstáculos insalvables,

una edificación

o un muro

que no has elegido

y que te obligan

a dar marcha atrás,

a cruzar un puente,

a preguntarte

si habrá otro después

que te permita

regresar

a la misma senda.

Aunque llevas

este poema inscrito

en el libro

de tu rutina diaria,

intuyes que aún

pueden aparecer

más sorpresas.

 

Fotografía: Brian Duffy

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