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ateo poeta

 

Un día me regalaste aquel libro

de Casariego con su poesía completa

-"poemas encuadernados"- y creo que

se me saltaron las lágrimas, o se

colocaron un poco al borde, como

si hubieras descubierto en mis

elogios de aquel inventor de poemas

alucinatorios y sarcásticos, algunas

de mis taras infantiles, mi escondida

fragilidad y los ojos como platos

ante el mundo que no existe y,

sin embargo, está para comérselo.

 

Sabías mi rechazo a los volúmenes

gruesos porque no caben en los bolsillos

cuando vas al parque, a la playa

o a los bares, pero con ese y otros amigos

platónicos merece la pena

hacer una excepción.

 

 

Ilustración: Pedro Casariego Córdoba

 

 

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