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ateo poeta

 

Los objetos no nos pertenecen.

El alma está hecha de objetos

de todo tipo, por muy intangibles,

perecederos o voladores y no

identificados que nos parezcan.

 

El alma no nos pertenece.

Hacemos mudanza de alma

y los sentimientos siguen ahí,

simbióticos, parásitos, esperando

su turno en un nuevo paisaje

sin temor a la indigencia.

 

Somos, sin duda, una materia

muy frágil.

 

 

Ilustración: Maria Mjöllnir

 

 

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