Blogia
ateo poeta

 

Filosofía del rascacielos.

 

Ya estaba todo el pescado vendido.

No quedaban solares, ni hortalizas,

ni vetas sinuosas y rebeldes

de agua que cementar.

Todo abocaba a habitar el aire

y acariciar las nubes.

Querían vivir juntos.

Nadie tenía vértigo

o se domesticó en tiempos

inmemoriales.

Abigarradas edificaciones,

rozamiento de los cuerpos

en el transporte público,

miradas ausentes

y fondos sin tu luz.

Atisbar un gesto

de amor exclusivo

en el crisol de tanta humanidad

concentrada.

Bajaré al parque municipal

a contemplar las armonías.

 

 

Fotografía: Miguel A. Martínez

 

0 comentarios