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ateo poeta

 

Suspendida en una perpetuidad

de magnolias y días nacientes,

la escritura

desde el hígado,

la voz aterida y despellejada.

 

Quiero un centro níveo para la migración.

 

En las cúpulas dirimir: alas o abismos.

 

A más de cien metros de altitud

reincido en idénticas

obsesiones.

 

El vehículo del cuerpo

extremo, de una ciudad desnuda

a otra, es la metáfora.

 

Animales con ojos mudos,

reptantes, animales acuáticos,

congéneres.

 

Reservad un saldo azul

antes de cribar

las supersticiones.

 

 

Ilustración: Ayse Mihci

 

 

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