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ateo poeta

 

Apenas sin esfuerzo,

llego al despacho y observo

cómo se ensanchan las grietas,

más y más, del tiempo

de trabajo.

 

Lo tengo fácil, ofrezco mi rostro

a esa brisa templada que viene

de todos los rincones del mundo

y señala para quién

deben ser útiles

mis palabras.

 

A veces hilvanar,

a veces acupuntura.

Siempre someter a juicio

la escisión.

 

 

 

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