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ateo poeta

 

Los congresos y seminarios

académicos

tildados de críticos

rara vez son ejemplo

de lo que predican.

 

Hoy vi cómo una profesora

extranjera, Lisa,

le regaló bombones

a una de las empleadas

en la organización

durante las tres

últimas jornadas.

 

A propósito, con alevosía,

planeándolo antes

a conciencia,

como muestra sincera

de agradecimiento

y respeto por el delicado

trabajo,

como afecto transparente

de solidaridad.

 

No como refuerzo

de su posición distinguida,

pues no hay pauta social

ni sanciones implícitas

que prevalezcan

en esta materia.

 

Sólo un gesto simple

nutriendo

los vínculos densos

y extraños

que apenas sabemos

nombrar.

 

Lisa es de California

pero sus facciones denotan

sus ancestros koreanos.

La mujer que recibió

el presente con cierto rubor

también tenía rasgos

orientales.

 

El sol de diciembre radiaba

con júbilo,

las orquídeas siguen floridas

y yo no pienso en otra cosa

que en la ternura reverencial

de los donantes.

 

 

Ilustración: Amanda Baeza

 

 

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