Blogia
ateo poeta

 

Nada estaba escrito.

 

Yo tampoco imaginé

que acabaría con mis huesos

en este clima subtropical.

 

Ni que pasearía

con mis ideas ausentes

entre edificios vertiginosos.

 

Ahora sé

que nunca arriesgamos demasiado.

 

Y que siempre he confiado

en las causas perdidas.

 

Aunque estos viajes espectrales

a las antípodas del mundo

no se elijan al azar,

al menos podréis entenderme.

 

Y seguiré escribiendo en este vacío.

 

Y vuestra casa, hecha de materiales simples

con las manos más justas,

la hallaréis en muchos lugares

aún por reconocer.

 

 

Fotografía: Sebastiao Salgado

 

 


0 comentarios