Cada mañana

lo bello y lo doloroso

están ahí,

esperando

su ración.

 

Ni siquiera

la noche en coma

ha podido deshacerse

de su arraigado

existir.

 

Como es mi costumbre,

opto por alimentar

a uno solo

de los bandos.

Pero sé

que no hago

más

que rizar el rizo.

 

 

Fotografía: Olmo Calvo

 

2 comentarios

[Anónimo - 08 de febrero de 2014 - 17:59]

Es abrir los ojos y verlos y escribirlos, como un autómata, el día luego parece más suave, pero ellos siguen ahí impasibles, indicándome la próxima revelación, casi forzándome a ser testigo o a pagar las consecuencias si opto por el silencio. Y no es un descargo de responsabilidades. Asumo mi obediencia ciega al chispazo.

[polikarpov - 07 de febrero de 2014 - 11:19]

Cada vez me gustan más algunos de tus chispazos minimalistas, como:
Cada mañana
lo bello y lo doloroso
están ahí,
esperando
su ración.