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ateo poeta

 

Enamorarse de una alumna

es un error garrafal.

 

Ante todo, porque casi nunca

va a ninguna parte.

 

Y dejando al margen consideraciones

de índole moral que no suelen revestir

mayor interés,

 

lo peor son las secuelas que deja

muchos años más tarde, cuando

ella todavía te sonríe y te manda

ambiguas cartas de amor.

 

 

Fotografía: Miguel A. Martínez

 

 

 

 

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