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ateo poeta

 

Es muy fácil perder el aliento.

Sumirse en el pliegue, desfallecer.

Abatidos por una atmósfera sólida.

 

Cesión de la voluntad. Resignarse

a la marea de silencio que nos abraza.

 

Y un antídoto: adherirme a la figura móvil

de las bandadas de pájaros.

 

 

Fotografía: Miguel A. Martínez

 

 

 

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