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ateo poeta

 

 

Lo sublime no se halla lejos,

fortificado, ni podría ser recompensa

post mortem.

 

Apenas soy capaz

de designarlo en toda su amplitud.

 

Los momentos de breve dicha.

Arroyos pedregosos, prístinos,

celebración.

 

Efímera transparencia.

 

¿Cómo llegar? Si no a golpes

de inconformismo. Duda

incansable, sed.

 

Cómo si no perseguir el aroma

y la intemperie, lo que no quiere

dueño. Lo vasto.

 

El placer intelectual. La luz

de los dedos y la tersa mejilla.

 

Recordatorios.

 

 

Fotografía: Sebastiao Salgado

 

 

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