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ateo poeta

 

Amar es cansado. Deberían estipularse

ocho horas diarias como máximo

para prevenir la fatiga

y las sobredosis.

 

Más controvertido se me antoja

un salario mínimo al respecto.

Sería equivalente a la imposición

de trabajos forzados

a las mariposas.

 

En lo que atañe a las vacaciones

pagadas dúdese del romanticismo

de los sindicatos:

que se decida en las asambleas

y camas de negociación.

 

En materia de movilidad

geográfica los amantes suelen andar

al borde del precipicio. Por ello

se recomienda:

una notable deducción fiscal

y servicios solidarios

de cuidados paliativos.

 

Una vez calculada su relevancia

en el índice de felicidad bruta

del país, absténganse

las autoridades

de regular más esta industria.

 

(Los cuerpos ya segregan

abundantes incentivos

naturales.)

 

Para todo lo no contemplado aquí

se remite a las cláusulas libremente

acordadas por quienes ya están

con sus manos en la obra.

 

 

Fotografía: Sebastiao Salgado

 

 

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