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ateo poeta

 

 

Viene un charlatán y se despacha a gusto:

disparando banalidades y fantasiosos

juegos de palabras

a discreción.

 

Y todos son vítores, genuflexiones,

doctor honoris causa.

 

La pléyade de admiradores

de tan tortuoso altavoz y suprema pedantería

no deja de maravillarme

y romperme el corazón.

 

 

Fotografía: Mai Oltra

 

 

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