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ateo poeta

 

Vértigo. Presientes que las ruinas y la devastación

y sus ráfagas nos pueden zarandear a las primeras

de cambio.

 

Lo único cierto es ahora, escuchar cómo respiras.

La piel que muda y que nos une es un frágil jardín:

habitar, restaurar, piedras, acuíferos

subterráneos.

 

Yo también tuve vértigo a los sueños de papel mojado,

alas de cera, una realidad sanguinaria que supera

a cualquier ficción.

 

Extrañamientos. Recomponer. Un amor

continuo.

 

 

Fotografía: Ash Thayer

 

 

 

 



Vértigo. Presientes que las ruinas y la devastación
y sus ráfagas nos pueden zarandear a las primeras
de cambio.

Lo único cierto es ahora, escuchar cómo respiras.
La piel que muda y que nos une es un frágil jardín:
habitar, restaurar, piedras, acuíferos
subterráneos.

Yo también tuve vértigo a los sueños de papel mojado,
alas de cera, una realidad sanguinaria que supera
a cualquier ficción.

Extrañamientos. Recomponer. Un amor
continuo.

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