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ateo poeta

las poesías de otros/as

 

¿Quién me ha influido más?

 

¿Ana, Polikárpov, Elena, Uxía, Tomás

Jesús Ibáñez?

 

¿Aleixandre, Valente, Riechmann

Janés, Vilariño?

 

¿o han sido los fantasmas agrios del parentesco?

 

o los ritos iniciáticos:

la repugnancia, la insoportable conformidad

de los subalternos

 

o solo las amantes

que han atravesado mi médula

tuétano, axones, funciones digestivas

táctiles

 

muertos y vivos coleando

paréntesis

 

verdad

premisas en cuarentena

 

 

Fotografía: yama-bato

 

 

 

Quieres jugar

pero aún no has matado

a la noche

de los inciensos.

 

La herida que florece

en tu puño abierto

cuenta hasta tres

y se vuelve

a abrir.

 

He obtenido

un pasaporte de luz

para arraigar.

 

 

Ilustración: Robert Kipniss

 

 

 

Yo no sé de pájaros,

no conozco la historia del fuego.

Pero creo que mi soledad debería tener alas.

 

Alejandra Pizarnik, Las aventuras perdidas, 1958

 

 

Fotografía: Stanko Abadic

 

un poema de Chantal Maillard

un poema de Chantal Maillard

Mi piel es doble como la luz del mundo,
mi sangre, múltiple como la hierba,
mis ojos son el triple destello de algún faro,
mis huesos son tan frágiles como piedra de arena
y tan frío mi aliento
que el sol se quiebra entre mis labios.

¡Si alguna vez lograras conocerme!
Hay noches tan extrañas y tan largas
en mis manos
que a veces las estrellas se olvidan de brillar
para dormir en ellas.

Para ser tú la más extraña y larga noche
te bastaría ser un barco
de nieve y naufragar en mí.


Chantal Maillard, Poemas tempranos

 

Fotografía: Man Ray

 

 


un poema de Yves Bonnefoy

un poema de Yves Bonnefoy

 

Sí, para escuchar, sí, para hacer mía
Esa fuente, el grito de alegría, que borboteante
Surge de entre las piedras de la vida
Temprano, y tan fuerte, y luego se atenúa y calla.

Pero escribir no es tener, no es ser,
Porque el estremecimiento de la dicha no es allí
Más que una sombra, por diáfana que fuera,
En palabras que aún se recuerdan

De tantas y tantas cosas que el tiempo
Ha surcado duramente con sus garras,
-Y no puedo hacer más que decirte
Lo que no soy, salvo en deseo.

Una manera de tomar, que fuera
Dejar de ser sí mismo en el acto de tomar,
Una manera de decir, que hiciera
Que uno dejara de estar solo en el lenguaje.

Yves Bonnefoy

Lhasa

Lhasa

 

"Don’t you tempt me with perfection.

I have other things to do."

 

Lhasa de Sela, I’m going in

 

 


un poema de Antón Castro

un poema de Antón Castro

 

Ilustración: Josema Carrasco

un poema de Ramón J. Soria

un poema de Ramón J. Soria

 

VENDRÁN TIEMPOS MEJORES PERO NO NOS IMPORTAN,

la vida es el presente, el instante que late,

los minutos de hoy y de mañana.

Quienes nos venden la fábula

de futuros mejores y lejanos,

de aguantar los mordiscos

por un "quizá mañana",

son los de siempre, ellos.

Los que robaron almas, tiempo,

trabajo, besos, vidas y palabras

y nunca saborearon carestías, asperezas,

vacío, pobreza y desamparo.



VENDRÁN TIEMPOS MEJORES PERO SERÁN AHORA,

la vida es estar juntos, el instante en la calle,

los días de encontrarnos y de reconocernos.

Quienes nos venden la trampa

de que sigamos mudos y obedientes,

de aguantar la historia entera

por un "quizá mañana",

son los dueños de todo o casi todo,

Los que mataron a Peter Pan, Corto Maltés, John Silver

y hasta al capitán Ahab y su ballena,

la imaginación de nombrar el porvenir,

la libertad del pan,

el amor a destajo,

la hermandad de los hombres,

las mujeres, los perros, las estrellas.



VENDRÁN TIEMPOS MEJORES PERO HABRÁ QUE LUCHARLOS

como siempre contigo y también con el otro,

la otra, el extranjero, la extraña y el que fuimos,

y brindar con memoria y con buen vino

por el tiempo de hoy, por ti, por mí,

por los que llegan, por la tierra que da,

el aire que regala, el sol que nos conmueve,

y sobre todo por hoy, por no demorar nada,

que la vida es ahora solamente.

Que la vida es ahora, en este año.



Ramón J. Soria [http://gastropitecus-gloton.blogspot.com.es/]



Fotografía: Alex Webb

tres poemas de Karmelo C. Iribarren

tres poemas de Karmelo C. Iribarren

 

ESTAS COSAS SIEMPRE SUCEDEN DE REPENTE

 

No pasa nada. Ella está

en un expreso con dirección

a Barcelona, y yo aquí,

en mi mesa de trabajo, escribiendo

estos versos. Hace apenas dos horas

que se ha ido. Mañana

charlaremos por teléfono.

Sobre la tele, su espléndida sonrisa.

No pasa nada, como digo.

Y, de repente, no sé qué hacer

con tanta soledad.

 

 

SI QUIERES SABER LO QUE HA CAMBIADO ESTE PAÍS

 

No tienes más que acercarte

a cualquier cafetería

a la hora del almuerzo

y fijarte en esos tipos entusiastas

que hablan y gesticulan

con esa suficiencia

típica de los llamados a dominar

el mundo

y que lo único que tienen

entre ceja y ceja

es cómo conseguir un nuevo aumento

para cambiar de coche o de parienta.

 

 

LA FUNCIÓN DE LA POESÍA

 

La función

de la poesía

en nuestra sociedad,

ha sido el tema estrella

(durante un par de días)

en simposios, mesas orondas

y demás zarandajas,

a cargo

de eminencias con-

trastadas

en el manejo de las lenguas.

 

Parece ser

que les ha hecho

buen tiempo

y que no ha habido

heridos de importancia.

 

 

Karmelo C. Iribarren, La condición urbana (1995)

 

 

Fotografía: Martine Franck

 

 

 

un poema de Raúl Zurita

un poema de Raúl Zurita

 

Se oyen días enteros hundiéndose, se oyen extrañas

mañanas soleadas, amores inconclusos, despedidas

truncas que se van hundiendo en el mar. Se escuchan

extrañas carnadas que llueven pegadas de días de

sol, de amores truncos, de despedidas que ya no. Se

dice de carnadas que llueven para los peces en el mar.

 

El mar azul y brillante. Se oyen cardúmenes de peces

devorando carnadas pegadas de palabras que no, de

noticias y días que no, de viejos amores que ya no.

 

Se dice de cardúmenes de peces que saltan, de

torbellinos de peces que saltan.

 

Se oye el cielo. Se dice que llueven asombrosas

carnadas adheridas de pedazos de cielo sobre el mar.

 

Zurita, Zurita (2011)

 

Fotografía: Vivian Maier

 


Advertencia, un poema de Felipe Benítez Reyes

Advertencia, un poema de Felipe Benítez Reyes

 

Si alguna vez sufres -y lo harás-

por alguien que te amó y que te abandona,

no le guardes rencor ni le perdones:

deforma su memoria el rencoroso

y en amor el perdón es sólo una palabra

que no se aviene nunca a un sentimiento.

Soporta tu dolor en soledad,

porque el merecimiento aun de la adversidad mayor

está justificado si fuiste

desleal a tu conciencia, no apostando

sólo por el amor que te entregaba

su esplendor inocente, sus intocados mundos.

 

Así que cuando sufras -y lo harás-

por alguien que te amó, procura siempre

acusarte a ti mismo de su olvido

porque fuiste cobarde o quizá fuiste ingrato.

Y aprende que la vida tiene un precio

que no puedes pagar continuamente.

Y aprende dignidad en tu derrota

agradeciendo a quien te quiso

el regalo fugaz de su hermosura.

 

Felipe Benítez Reyes, Los vanos mundos (1982-1984)

 

Ilustración: Michele del Campo

 

Esto es todo, extractos de un poema de Marguerite Duras

Esto es todo, extractos de un poema de Marguerite Duras

 

Y.A.: ¿Irías al paraíso?

M.D.: No. Eso me hace reír.

Y.A.: ¿Por qué?

M.D.: No sé. No creo en él

en absoluto.

Y.A.: Y después de la muerte,

¿qué queda?

M.D.: Nada. Solo los vivos

que se sonríen, que se acuerdan.

Y.A.: ¿Quién se va a acordar de ti?

M.D.: Los jóvenes lectores. Los párvulos.

 

(...)

 

Y.A.: ¿Para qué escribir?

M.D.: Es a la vez callarse y

hablar. Escribir. A veces esto quiere decir

también cantar.

Y.A.: ¿Bailar?

M.D.: Eso también cuenta. Bailar es un

estado del individuo. Siempre

me ha gustado mucho bailar.

Y.A.: ¿Por qué?

M.D.: Todavía no lo sé.

 

(...)

 

Nunca he tenido modelo.

Desobedecía obedeciendo.

Cuando escribo, estoy en la misma

locura que cuando vivo. Me reúno con

masas de piedra cuando escribo.

 

(...)

 

La lluvia de los niños ha caído

en el sol.

Con la felicidad.

He ido a ver.

Después ha sido necesario explicar que

era normal. Desde hace siglos.

Porque los niños no

entendían,

todavía no podían entender la

inteligencia de los dioses.

Después ha sido necesario continuar

caminando por el bosque. Y cantar

con los adultos, los perros, los

gatos.

 

(...)

 

Vanidad de vanidades.

Todo es vanidad y persecución del

viento.

Estas dos frases dan toda la literatura

de la tierra.

Estas dos frases por sí solas

abren el mundo: las cosas, los

vientos, los gritos de los niños, el sol

muerto durante esos gritos.

Que el mundo se precipite a su pérdida.

Vanidad de vanidades.

Todo es vanidad y persecución del

viento.

 

(...)

 

La palabra amor existe.

 

(...)

 

Sé muy bien que tienes otras ambiciones.

Sé muy bien que estás triste. Pero eso me

da igual. Que me amas, es lo más importante.

Lo demás me da igual. Me trae sin

cuidado.

 

(...)

 

Tenemos que hablar de nuestro amor.

Vamos a encontrar las palabras para eso.

Quizá no haya palabras.

 

(...)

 

Tus besos, creo en ellos

hasta el final de mi vida.

 

Marguerite Duras, Esto es todo (1995)

 

Fotografías: Ed Templeton

 

Otro poema de Vicente Huidobro

Otro poema de Vicente Huidobro

 

Pienso en ellos en los muertos

En los que yo vi caer

En los que están grabados en mi alma

En los que aún están cayendo en mis miradas

Vosotros que seguiréis muriendo

Hasta el día en que yo muera

 

Vicente Huidobro, Últimos Poemas (1948)

 

 

 

Horizonte, un poema de Vicente Huidobro

Horizonte, un poema de Vicente Huidobro

 

Pasar el horizonte envejecido

 

Y mirar en el fondo de los sueños
La estrella que palpita

 

Eras tan hermosa
                         que no pudiste hablar

Yo me alejé
                pero llevo en la mano
Aquel cielo nativo
Con un sol gastado

Esta tarde
             en un café
                           he bebido


                           Un licor tembloroso
                           Como un pescado rojo

Y otra vez en el vaso escondido
Ese sueño filial

 

Eras tan hermosa
                         que no pudiste hablar
En tu pecho agonizaba

Eran verdes tus ojos
                             pero yo me alejaba

 

Eras tan hermosa
                         que aprendí a cantar

 

Vicente Huidobro, Ecuatorial (1918)

 

Fotografía: Marc Lagrange

unos versos de Julio Cortázar

unos versos de Julio Cortázar

 

"Este amor que de la nada se alimenta,

esta ala sin pájaro, esta incierta vanidad

de seguir, como una triste

costumbre de verano."

 

Julio Cortázar

 

Ilustración: Michele del Campo

Un fragmento de Rayuela, de Julio Cortázar

Un fragmento de Rayuela, de Julio Cortázar

 

"Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al revés. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto."

 

Julio Cortázar, Rayuela

 

Fotografía: Ed Templeton

 


Corona (un poema de Paul Celan)

Corona (un poema de Paul Celan)

 

En mi mano el otoño come su hoja: somos amigos.

Extraemos el tiempo de las nueces y le enseñamos a caminar:

regresa el tiempo a la nuez.

 

En el espejo es domingo,

en el sueño se duerme,

la boca dice la verdad.

Mi ojo asciende al sexo de la amada:

nos miramos,

nos decimos palabras oscuras,

nos amamos como se aman amapola y memoria,

nos dormimos como el vino en los cuencos,

como el mar en el rayo sangriento de la luna.

 

Nos mantenemos abrazados en la ventana, nos ven desde la calle:

tiempo es de que se sepa,

tiempo es de que la piedra pueda florecer,

de que en la inquietud palpite un corazón.

Tiempo es de que sea tiempo.

Es tiempo. 

 

Paul Celan, La arena de las urnas (1948) 

 

Fotografía: Ed Templeton

 



cuatro poemas de Roberto Bolaño

cuatro poemas de Roberto Bolaño

 

 

Esperas que desaparezca la angustia

Mientras llueve sobre la extraña carretera

En donde te encuentras

 

Lluvia: sólo espero

Que desaparezca la angustia

Estoy poniéndolo todo de mi parte.

 

**

 

Las pelucas de Barcelona

 

Sólo deseo escribir sobre las mujeres

de las pensiones del Distrito 5º

de una manera real y amable y honesta

para que cuando mi madre me lea

diga así es en realidad

y yo entonces pueda por fin reírme

y abrir las ventanas

y dejar entrar las pelucas

los colores.

 

**

 

Un poeta chino en Barcelona

 

Un poeta chino piensa alrededor

de una palabra sin llegar a tocarla,

sin llegar a mirarla, sin

llegar a representarla.

Detrás del poeta hay montañas

amarillas y secas barridas por

el viento,

ocasionales lluvias,

restaurantes baratos,

nubes blancas que se fragmentan.

 

**

 

Para Edna Lieberman

 

Dice el saltimbanqui de las Ramblas:

Este es el Desierto.

 

Es aquí donde las amantes judías

Dejan a sus amantes.

 

Y recuerdo que me amaste y odiaste

luego me encontré solo en el Desierto.

 

Dice el saltimbanqui: éste es el Desierto.

El lugar donde se hacen los poemas.

 

Mi país.

 

 

Roberto Bolaño, La Universidad Desconocida (1993)

 

Ilustración: Nazario Luque

 

un poema de Néstor Barron

un poema de Néstor Barron

 

 

Mi belleza es arrasadora

cuando te tengo arrodillada

delante de mí y acaricio

tu nuca con mis dos manos.

No me exilies de tu boca todavía,

no me escupas tan pronto de regreso a

la fealdad

de mi maravilloso mundo muerto.

 

Néstor Barron, Las Otras. Historias del misógino que amaba a todas las mujeres, 2008

 

Ilustración: Diderot