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ateo poeta

 

Dice el vacío:

¿por qué piensas

que quiero ser llenado?

 

Es más: ¿qué legitimidad

te arrogas para considerarme

entre tus posesiones?

 

En su discurso evoca:

conozco otros vacíos

de mayor y menor medida.

 

Algunos sobrevivieron

perfectamente incrustados

en sus contenedores

durante toda la vida útil

de los mismos.

 

A otros los anegaron

con una materia

extraña.

 

No es fácil la vida

de un vacío.

 

Ni siquiera recibe

subsidio de desempleo

una vez que dejan

de hablar de él.

 

Se oyen vítores, incluso,

cuando se erosionan

y desintegran porciones

relevantes de su naturaleza

enigmática.

 

Cuánta ingenuidad.

Como si se pudiera concebir

un mundo sin vacíos.

Como si fueran el peligro

número uno.

 

Y amenaza el vacío:

¿qué excusas quedarán

para desbordarse

si se niega nuestra

virtud?

 

 

Fotografía: Edu Bayer

 

 

 

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