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ateo poeta

 

Los placeres de ahora

no son ninguna justa recompensa,

el mundo no es justo,

que se lo vayan a decir

a quienes agonizan y sólo conocen

el camino que lleva al día siguiente.

 

Los placeres de ahora

son los restos, el descarte, lo que queda

por omisión cuando has renunciado

al absurdo, a las obsesiones malnacidas

que sólo buscan mecanizar tu cuerpo

y adocenar tu alma.

 

Los placeres de ahora

carecerían de todo sentido

sin las fauces del dolor, sin haberlas

probado antes, sin haberte asomado

al abismo y al riesgo de congelación,

sin la claustrofobia ni la rabia

ante tanta violencia gratuita.

 

Los placeres de ahora

son apenas una contraseña

de acceso, un espejismo tan efímero

como el aire que aprietas al cerrar

las manos y al abrazar ese amor,

de nuevo, tan imposible.

 

 

Fotografía: Anastasia Chernyavsky

 

 

 

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