De la calle asciende una voz
cantando firme y sinuosa
acompañada de una cruda
percusión a la caja.
Hoy me he levantado subjetivo
y diletante, recomponiendo
la razón cuarteada que ha
sobrevivido a los no pocos
besos del sueño.
Mientras se queman mis labios
con el pomelo ácido y después
se apaciguan con lonchas
de queso fresco,
me los imagino saciándose
con la sal de tus pechos
planetarios.
He visto enigmas osificados
y he visto playas desiertas
y un sol austero y delineante
que ningún alma ciega
del mercadillo
podría cotejar.
Las cortinas blancas y rayadas
con líneas de colores
apenas filtran los haces de luz
de tu norte metafísico
y en esta misma manzana
se desfigura la ley.
Fotografía: Alex Webb
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