un poema de Raúl Zurita
Se oyen días enteros hundiéndose, se oyen extrañas
mañanas soleadas, amores inconclusos, despedidas
truncas que se van hundiendo en el mar. Se escuchan
extrañas carnadas que llueven pegadas de días de
sol, de amores truncos, de despedidas que ya no. Se
dice de carnadas que llueven para los peces en el mar.
El mar azul y brillante. Se oyen cardúmenes de peces
devorando carnadas pegadas de palabras que no, de
noticias y días que no, de viejos amores que ya no.
Se dice de cardúmenes de peces que saltan, de
torbellinos de peces que saltan.
Se oye el cielo. Se dice que llueven asombrosas
carnadas adheridas de pedazos de cielo sobre el mar.
Zurita, Zurita (2011)
Fotografía: Vivian Maier
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