Me ofrecías nieve
y la erupción
de lo inconcluso.
Púrpura claridad,
el espejo de un bosque
futuro e imágenes
concretas.
La desnudez crepitando,
la ausencia
de los labios enigma,
encrucijadas
insalvables.
Bebí todas tus algas
y eclipses,
me alimentabas
con una conjugación
montañosa.
¿Por qué debería
hallar un equilibrio
en semejante
ebriedad?
Fotografía: Pedro Meyer
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