De la torre del reloj de Tsim Sha Tsui
partía una línea de tren.
El perfil de la costa es imaginario.
Tierra sobre tierra, asfaltando el mar,
ganancias de llanura donde pudieran construir
de forma menos onerosa
los avispados promotores.
Apenas hay vegetación que obstruya
el paseo de las estrellas. Bruce Lee.
Neones, espectáculo de luces
a la hora convenida.
Echar el anzuelo. Transitar
hasta Hung Hom.
La vieja estación de ferrocarril
no se libró de la piqueta
aunque los peatones ya vuelven
a disfrutar el permiso
de cruzar a ras de calle.
Fotografía: Fan Ho
0 comentarios