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ateo poeta

 

De la torre del reloj de Tsim Sha Tsui

partía una línea de tren.

 

El perfil de la costa es imaginario.

 

Tierra sobre tierra, asfaltando el mar,

ganancias de llanura donde pudieran construir

de forma menos onerosa

 

los avispados promotores.

 

Apenas hay vegetación que obstruya

el paseo de las estrellas. Bruce Lee.

Neones, espectáculo de luces

 

a la hora convenida.

 

Echar el anzuelo. Transitar

hasta Hung Hom.

 

La vieja estación de ferrocarril

no se libró de la piqueta

aunque los peatones ya vuelven

 

a disfrutar el permiso

de cruzar a ras de calle.

 

 

Fotografía: Fan Ho

 

 

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