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ateo poeta

 

La geometría de mis emociones

es una repetición, en otra escala,

de los pliegues infinitos

de tu cuerpo que, a su vez,

constituyen idénticos reflejos

de la materia

universal.

 

Me tumbo a ras de suelo

en postración y cálculo

de mi masa para, desde ahí,

venerar esas simétricas

disyuntivas y afinidades,

reconocer los sacrificios,

sumarme

a lo mínimo.

 

Más que una lógica

de organización detrás,

esos vasos comunicantes

anuncian lo frágil y posible,

la inercia capaz de unirnos

o la centrífuga deriva

hacia una de esas tristes

periferias

urbanas.

 

 

Fotografía: Mai Oltra

 

 

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