crítica a los test...
-forma de colocar el cepillo de dientes
-modo de usarlo, ¿salpica?
-olor corporal, en las zonas más erógenas y en las menos
-sensibilidad en la comisura de los labios
-hora del día en la que prefiere fornicar
-espacio de la cama empleado para dormir
-apego físico, o desapego, durante las horas de sueño
-número de veces que puede soportar la cama deshecha
-irritación con las formas y aspectos de otros enseres domésticos
aunque cada cual pague su hipoteca o alquiler respectivos
-tasa de tolerancia, adaptación y sacrificio
ante las preferencias invariables del otro
-grado de autocrítica y, a la inversa, de autocomplacencia
-coincidencia léxica básica en torno a conceptos como ‘amor’,
‘sexo’, ‘amistad’, ‘in-fidelidad’ y otros más escabrosos
-número de horas de soledad, y tipo,
que no está dispuesto a compartir con nadie
-ídem que sólo compartiría con terceros
-secretos sólo confesables bajo coacción
-deseos y fantasías que no comportarían ruptura marital
-partidos políticos por los que nunca tomaría partido
-formas de mirar a amigos y demás miembros del mismo
o diferente sexo en cada escenario de interacción
-pasión, o vicio, por el maquillaje, el deporte,
las compras, el trabajo, el dinero, etcétera
-grado actual de desintoxicación y tendencias emergentes
-gusto por hablar durante los prolegómenos orgásmicos
-traumatizaciones y dramatizaciones infantiles
-incredulidad acerca de las estadísticas de separaciones
y divorcios
-confianza ciega en que el amor, o como se llame, no es imposible.
Nota anexa importante: Los creyentes impenitentes alegarán, por supuesto, que todo es subsanable, antes o después, lo importante es contactar. Los escépticos nihilistas sospechan que esa nueva simulación también está abocada al fracaso: tales rasgos ni se pueden poner por escrito, ni decidir unilateralmente de antemano. De ahí la gracia por descubrir en vivo y en directo al sujeto de deseo. Lo otro, el negocio del emparejamiento cibernáutico, es sólo una zarandaja.
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