Antes de que nuestros signos se tornen fósiles
y comulguen con la extinción de las especies.
Antes de que las garantías procesales urdan
una mueca armada de sentencias implacables.
Es preciso negociar nuestro método hipotecario.
Por una razón de salud pública. Las epidemias
de vanidad son las amantes más fieles.
El método, pues: interrogantes como ¿para qué
quieres vivir? Preceptos como: te doy distinto
a lo que me das (si es que sabemos lo que nos damos).
Sueños: derecho inalienable (Freud dixit).
En mi página en blanco he escrito: no estoy conforme
con los animales bivalvos ni con las rémoras.
Quiero las perlas y los latidos en mi paladar,
y los quiero ahora. No me importa el interés.
0 comentarios