desamores
“El amor es un combate perdido de antemano.
Al principio, todo es hermoso, incluso tú. No das crédito a estar tan enamorado. Cada día trae consigo su liviana carga de milagros. Jamás nadie en el mundo había conocido tanta felicidad. La felicidad existe y es muy simple: consiste en un rostro. El universo sonríe. Durante un año, la vida no es más que una sucesión de soleadas mañanas, incluso cuando nieva por la tarde. Te dedicas a escribir libros sobre esta cuestión. Te casas, lo antes posible: ¿para qué reflexionar cuando uno es feliz? Reflexionar te entristece; la vida debe ganar la partida.
El segundo año, las cosas empiezan a cambiar. Te has vuelto más tierno. Te sientes orgulloso de la complicidad que se ha establecido en tu pareja. Comprendes a tu mujer con sólo medias palabras; qué felicidad conformar un todo. En la calle, confunden a tu mujer con tu hermana: eso te halaga pero te va desgastando. Hacéis el amor cada vez menos y consideráis que no es grave. Estáis convencidos de que el fin del mundo está lejos. Defendéis el matrimonio delante de vuestros amigos solteros, que ya no os reconocen. Tú mismo, sin ir más lejos, ¿estás realmente seguro de reconocerte cuando recitas la lección aprendida de memoria y resistes la tentación de fijarte en las señoritas ligeras de ropa que iluminan la calle?
El tercer año, ya no resistes la tentación de fijarte en las señoritas ligeras de ropa que iluminan la calle. Ya no hablas con tu mujer. Pasáis las horas en el restaurante escuchando lo que cuentan las mesas vecinas. Sales cada vez más: eso te proporciona la excusa para no tener que follar. Pronto llega el momento en que ya no puedes soportar a tu esposa ni un segundo más, ya que te has enamorado de otra. Sólo hay un punto en el que no te habías equivocado: efectivamente, la vida siempre tiene la última palabra. El tercer año trae consigo una noticia buena y otra noticia mala. La noticia buena: asqueada, tu mujer te abandona. La noticia mala: empiezas otro libro.”
Frédéric Beigbeder, El amor dura tres años
13 comentarios
polikarpov -
Es que me corte el pelo ayer y aún me dura el gustirrinin.
anap. -
Ves? Ante Cernuda, rindo mis huestes, renuncio a mi género y elevo aplauso enardecido de
epidermis erizada, ante Cernuda quiere mi verbo enmudecer para realzar el espacio entre sus palabras.
polikarpov -
No es el amor quien muere,
somos nosotros mismos.
Inocencia primera
Abolida en deseo,
Olvido de sí mismo en otro olvido,
Ramas entrelazadas,
¿Por qué vivir si desaparecéis un día?
Sólo vive quien mira
Siempre ante sí los ojos de su aurora,
Sólo vive quien besa
Aquel cuerpo de ángel que el amor levantara.
Pues eso....
ateopoeta -
polikarpov -
Siento que te disturbie lo de amoróloga. A mi si me gustaría ser amorólogo, puede que sea una profesión con futuro.....
ana p. -
polikarpov -
polikarpov -
...Nunca he pedido dar amor o sexo, nunca me pidieron dar amor o sexo. LLegar a ese punto de usura, demora, orgullo es, para que hablar con más retórica, uno de los gérmenes del machismo violento que sufrimos.
ana p. -
ateopoeta -
Alberoni escribió un libro hace años en el que pretendía dejar las cosas claras: el enamoramiento es como las revoluciones, el amor como las instituciones...
para su desgracia, las cosas rara vez son tan simples... ¿por qué el deseo (de vivir) es una fuerza que atraviesa esa y otras dicotomías? ¿y qué tiene de malo desear plena y polimorfamente?
sobre el amor hay muchos mitos, sentimientos cosificados y fantasías que a menudo tiranizan más de lo que enriquecen, porque la vida cambia y también nuestras formas de amar y de sentirnos en el mundo...
en fin, muchas generalizaciones y cada uno/a sabrá cómo hacer de su periplo que las lágrimas sean, preferentemente, de placer
polikarpov -
El segundo año comienza a interesarte más dar un paseo, hacer un viaje, algunas lecturas y películas aunque sigues follando con extrañas ganas e insistencia.
El tercer año comienzas con proyectos más elevados: vivir juntos, comprar juntos algún objeto de alto precio: casa o coche, conocer a la familia y al resto de las tribus mutuas aunque sigues follando con agradable regularidad, según las estadísticas.
Puedes contar de año en año, de tres en tres, de cinco en cinco pero ¿quién dijo amor?: ¿Eurídice, Julieta, Isolda?, ¿o fue Orfeo, Romeo, Tristán?
Yo solo he hablado de follar. Yogar decía el Quijote. El resto es contrato social, costumbre, comodidad, sistema elemental de parentesco. ¿amor?.
A veces amas, sin otro compromiso que el amor. Llámalo platónico con derecho a roce, pero dura mucho, más que se otro amor extensivo e intensivo de compartir la vida.
Pero claro, tenemos expertas en el blog y ante ellas y sus expertas opiniones de amorólogas yo me callo.
Anónimo -
ana p. -