Óxido
Fatiga de los materiales
El alma
es un material elástico.
Si se ejerce una fuerza sobre ella,
para evitar romperse se deforma.
Cuando las condiciones,
que han desencadenado este fenómeno,
ya no actúan, recobra
su estado original.
Este suceso puede repetirse
un limitado número de veces.
Con estas variaciones se producen
roturas microscópicas,
apenas perceptibles,
que cuando se acumulan
la hacen resquebrajarse.
Y todo este proceso se acompaña
de una inmensa tristeza.
Razones geométricas
“Esperar tras la línea, por favor”
me advierten unas letras en el suelo.
Ojeo la cartilla
y sumo con las uñas
el saldo que me queda de la última nómina.
De repente la línea me resulta
algo más que habitual,
e igual que hago balance de mis números
rememoro las rectas que acotaron mi vida.
Fueron cuadrículas las tardes más felices
de rayuelas sinuosas
y “balón prisionero” en el que mueres
si sales del contorno.
Y vendrían después
las partidas de damas, de billar
o la pista de baile
que era el área de un círculo prohibido.
Conduje en un carril entre continuas
mirando con deseo hacia el arcén
como una vez, confieso,
espié con cierto asombro
la cicatriz que tienes en el vientre.
No ha llegado mi turno.
Mientras tanto, acaricio con el pie
la raya fronteriza.
Inma Pelegrín, Óxido
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