permutaciones
Casa vacía,
falanges despellejadas
por empaquetar los días.
Paredes diáfanas
y tristes como océanos
y ballenas y deudas de amor.
Conviene que se ventilen ahora
que nos mudamos.
Otra deriva, otra piel.
Reanudaremos
lo que nos acuciaba (¿ya evanescente?).
En nuevas estancias
de luz oriental y cenital, a espuertas.
Con reverencia
a la música celestial de cada noche.
Devolvemos las llaves.
2 comentarios
ateopoeta -
Por eso, dejar unas y entrar en otras es un paso brusco que puede producir astenia estacional o un agradable entusiasmo. Claro que las casas nunca las sientes solas sino acompañadas de muchas otras historias en la vida...
Esta mudanza, al menos, ha traído unos cuantos versos de regalo y una maravillosa y templada primavera.
Graias, aviador, por tanta retroalimentación.
polikarpov -