Jardín de las delicias
Para ingresar en el jardín botánico
se requieren credenciales simples:
voluntad de aspirar, euforia y canto.
Esparcirás en él tus secretos
a cuentagotas, como el riego preciso.
Y de las taxonomías tropicales
deducirás el ardor de cada día.
El jardín botánico es sólo el arte:
tú pones el brillo y los amores rupestres.
Entras en paz con tus vestigios y espadas.
Solidario con los insectos y los estanques,
consciente de lo efímero de tus raíces.
Das. Lates. Embelleces.
Para ingresar en la lujuria de las flores
se requiere libar el néctar prohibido:
una breve enajenación, suspender
la gravedad de las cosas, sonreír,
dejarse mecer. El éxtasis es contingente.
No puedes temer su finitud: se irá
y volverá por su propio pie.
Y el sol seguirá nutriendo tu ser
cálido y tenaz.
1 comentario
Polikarpov -
Si, se respira placer y paz, todo eso que nos da el sexo cuando la piel es como el mar, abierta, limpia, suave, dispuesta mecer nuestro cuerpo y a provocar tormentas dulces.
El destino ha venido a disculparse contigo, como decía en oro poema mi amiga Inmaculada Mengibar, siéntete feliz, feliz en plenitud.