Seres de humo,
pendulares, libres hacia su derrota,
emancipándose
de la ceguera que los contiene.
Se quitan las máscaras,
a pulso de aire, como quien desnuda
a las palabras del deseo.
Id a ver el mar
que no descorazona.
Id a ver cómo crepitan
los labios sedientos, salados:
el norte del zahorí.
Fotografía: Ara Güller
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