Me gusta adentrarme
en el ojo del huracán,
dejarme llevar
por la revuelta,
trastornar la posición dada,
variar el ángulo de giro,
redefinir
como partícipe
el curso de los acontecimientos
y su temperatura,
aun a sabiendas de que nadie
sale nunca indemne
de estos accidentes
nuestros
de cada día.
Ilustración: René Magritte
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