Cada poema nos obliga
a mostrarnos descarnados,
con crudeza,
en la justa vibración.
Más que una verdad,
obtenemos un falso
espejo del deseo
con sus afeites
y florituras.
Fotografía: Yulia Gorodinski
Cada poema nos obliga
a mostrarnos descarnados,
con crudeza,
en la justa vibración.
Más que una verdad,
obtenemos un falso
espejo del deseo
con sus afeites
y florituras.
Fotografía: Yulia Gorodinski
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ateopoeta -
Polikarpov -