No es menos frágil
lo que aún permanece
íntegro.
No es más frágil
quien ya conoce
el dolor.
Los cuerpos de luz,
los hilos ausentes
que los unen:
pueden quebrarse
tanto como ser objeto
de reparación
y soldadura.
La misma fragilidad
antes y después.
La misma sed
consustancial.
Fotografía: Ake Lange
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