Te adhieres a la inercia
de otro día mudo,
a la urdimbre cálida, todavía,
de una atmósfera a punto
de desaparecer.
Y este golpe de conciencia
vale menos que un instante.
Fotografía: Tatsuo Suzuki
Te adhieres a la inercia
de otro día mudo,
a la urdimbre cálida, todavía,
de una atmósfera a punto
de desaparecer.
Y este golpe de conciencia
vale menos que un instante.
Fotografía: Tatsuo Suzuki
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