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ateo poeta

 

Nuestras agendas

estaban desajustadas.

 

Cuando yo te busqué

desde mi vacío,

tú sonreías distante

cimbreando

toda esperanza.

 

Cuando regresó

súbita

tu presencia

desde el olvido,

mi deseo pertenecía

a otra vegetación.

 

O bien esa fuerza

se repliega por siempre

en su mundo

de posibles,

o bien estalla sola

el día que nos reúna

desprevenidos.

 

 

Fotografía: Britanny Markert

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