Las abstracciones
grandilocuentes
sobre el amor
suelen hacer agua.
En cambio,
si nos reímos
al conversar,
y si escuchamos música
y la brisa cálida
de nuestros gestos,
es fácil que asome
alguna certeza.
Por ejemplo, así
al albur: que eres
una línea de horizonte
tangible.
Fotografía: Ralph Gibson
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