El poema más soberbio
que persiste en mi memoria
es el que declamaron
las yemas de tus dedos
sobre mi piel, en la noche.
Fotografía: Matt Blum
El poema más soberbio
que persiste en mi memoria
es el que declamaron
las yemas de tus dedos
sobre mi piel, en la noche.
Fotografía: Matt Blum
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