La armonía que busco
no responde a un canon
ni se cubre de oropeles.
En su desnudez, es el gesto
de la sonrisa plena, como
una eterna juventud.
La flotación y el nado
sin violencia, sin más
destino.
El torso que ondea
a la par del instante
y su melodía.
Lo primigenio y toda
la luz que compensa
nacer,
madurar
y morir.
Fotografía: Claudia Regina
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