Blogia
ateo poeta

 

Ayer mis estudiantes

-6 de 11, que esos números

también son poesía-

entornaban sus ojos

con tristeza

al confesarme que ya no,

que ya no podrían

pagar las tasas

de matrícula

del próximo curso.

 

Hoy leo en la prensa

que no menos de 3.000 niños

-esas cifras redondas

y punzantes que alguna

oscura función poética

cumplirán-

desfallecen en las escuelas

de Cataluña por causa

de malnutrición, sí,

han oído bien,

por esa precisa causa.

 

Este infierno

tan próximo -tanto que

apenas figura altisonante

en las páginas

de crímenes y sucesos-

nos parecía inverosímil

hace apenas

unos años.

 

Este programado

despojo de las palabras

y de los estómagos.

 

Este sin nombre.

 

Hasta que una oenegé

lo rubrique

en una de sus partidas

de cuidados paliativos.

 

Este despojo

-digamos de nuevo

por mor de la anáfora

postergada-

no puede quedar

impune:

expidámosle la factura

correspondiente

de la memoria histórica

(a falta de los perezosos

vengadores

de la justicia natural).

0 comentarios