La belleza no se esconde.
Nos desborda,
está por doquier,
se encarna en los gestos
comunes y en los
extraordinarios.
Si no la ves,
por lo menos,
cierra los ojos.
Fotografía: Olmo Calvo
La belleza no se esconde.
Nos desborda,
está por doquier,
se encarna en los gestos
comunes y en los
extraordinarios.
Si no la ves,
por lo menos,
cierra los ojos.
Fotografía: Olmo Calvo
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