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ateo poeta

 

Por mucho que te dé

ni por asomo

serán satisfechas

tus necesidades.

 

Y otro tanto sucede

en sentido inverso:

por eso el amor

es un lujo asiático.

 

Ni más ni menos

merecido.

 

Sustituible

e insuficiente.

 

Inútil, contabilizarlo.

Una necedad,

su acumulación.

 

Con estos mimbres,

al final,

no quedan muchas

escapatorias:

 

aprender

de su naturaleza

excesiva y benigna,

no menos

que a despedirlo

en cuanto amenaza

con una tormenta

tropical.

 

 

Fotografia: Igor Termenón

 

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