Es fácil
surcar las olas
y dejar que la luz
inunde tu piel
desnuda
y aterida.
Sería mucho pedir
que además
saciara el clamor
de las profundidades.
Fotografía: Anton Corbijn
Es fácil
surcar las olas
y dejar que la luz
inunde tu piel
desnuda
y aterida.
Sería mucho pedir
que además
saciara el clamor
de las profundidades.
Fotografía: Anton Corbijn
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