Casi prefiero
no ponerle nombre.
Después de tropezar
tantas veces
con la misma piedra,
lo peor es
que no escarmiento.
¿Cómo serían
los caminos despejados,
además de una mera
ilusión?
Fotografía: Miguel A. Martínez
Casi prefiero
no ponerle nombre.
Después de tropezar
tantas veces
con la misma piedra,
lo peor es
que no escarmiento.
¿Cómo serían
los caminos despejados,
además de una mera
ilusión?
Fotografía: Miguel A. Martínez
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