Un día te desvanecerás
como esas fotos
borrosas
a propósito.
Te llevarás la alegría
a otra parte
para que el volcán
no se quede
dormido.
Suele ser así,
no hay por qué
alarmarse.
Etapas, puntos
de inflexión
y las consecuencias
irreversibles.
Y me repito
el cuento
por adelantado
a ver si logro
aplicármelo
de una vez.
Fotografía: Héctor Olguín
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