Vuelves a cerrar
todas las puertas
y ventanas.
Ya tienes
lo que querías.
Un amor
que se pliegue
bien,
sin arrugas,
dócil.
Al alcance
de la mano,
junto a los otros
alimentos
de la alacena.
Me lo dices
por mensaje
de texto,
en previsión
de futuras
aproximaciones.
Me alegro
por ti,
pero no me pidas
que deje
de aullar
como siempre.
Ilustración: Guillermo Martín Bermejo
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