Nos miramos
con ganas
durante tres
días.
Ella era
nórdica
pero no aprecié
rastros de hielo
en su fulgir.
En mí quizá
solo halló
diez años menos
de la verdad.
No intercambiamos
ni una palabra
y se extinguió
un volcán
perezoso.
Ilustración: Serge Marshennikov
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